¿Qué sentencias ofrecemos?

Cuando un niño tropieza, se cae y llora, le abrazamos o le gritamos o le damos a entender que es un tonto por no ver la piedra, por ir distraído, o por no escuchar nuestras alertas?

“Te vas a caer si vas por ahí, si saltas ese muro, si te trepas” que son cómo sentencias, que pueden pasar o no.

Cuando sucede eso que sentenciamos:

Le abrazamos? Le decimos que puede apoyarse en nosotros? Que lo vamos a cuidar para que se cure rápido, que con besos va a pasar, con pañitos, cantando sana sana, con hielito envuelto en una toallita? Le ofrecemos esta mirada amorosa, nuestro cuerpo para que chorree lágrimas, nuestras manos cálidas llenas de caricias, nuestro hombro para que manifiesta el enojo porque se le rompió el juguete o el miedo que tiene porque sangra? Le ayudamos? O minimízanos lo que le pasa? Del estilo “No pasó nada”… Lo reducimos?

O Le acompañamos? O le recriminamos? Que hacemos? Que mensaje le damos? Que madre o padre queremos ser? Que acompañamiento queremos dar? Que buscamos cuando le decimos que fue su culpa? Que ofrecemos ante esta situación? O somos más sutiles con nuestras violencias… “ah pero cómo vas a pasar por ahí” “era obvio” “y si, sino te fijas…!! Siempre andas distraído!”

Qué nos dispara el dolor, la angustia y el miedo de nuestros hijo? Lo pensaste? Yo si, Por supuesto, ninguna de nosotras tenemos mala intención cuando reaccionamos, pero ahora podemos parar y pensar para la próxima vez.

Es mi invitación. Revisar nuestras sentencias y volver a responder.

Deja un comentario